domingo, 30 de enero de 2011

Sólo sábado

Es sábado; es de mañana, todavía temprano.
Despiertas a la hora en la que supiste estar apoyando mansamente la cabeza en la almohada.
Ya no pones despertador, te levantas a la hora que sea para ir a cumplirle a Alguien, como queriendo que nadie te diga nada (no tenés ganas de escuchar reproches o alguna cosa parecida).
Ya no te calzas el traje, ni los zapatos lustrados...siempre supiste que no hacen más que hacer que parezcas más cristiano y ya no querés parecer. Vas "común", aunque común para vos es todo una ceremonia.
Tenés la barba crecida, pero no te importa.
La melodía sacra no suena, solo silencio.
Estas rebelde, como queriendo decir algo que no te animas.
Querés saber cuál es la diferencia de vivir otra vida, siempre hiciste lo mismo y no todo ha salido de la mejor manera.
Quizás, no hay diferencia... o quizás lo diferente es vivir con el convencimiento de lo que haces y crees.
Sos muy escéptico, siempre fue así, aunque te enseñaron otra cosa. Pero ahora es distinto, ahora sabes que dudas, o te animas a hacerlo.
Ya no sabes si es convicción o simple costumbre.
Tenés ganas de ser egoísta, de hacer y encargarte de tus cosas. De las cosas que te interesan.
Tomas la decisión de seguir dándole alguna tibia oportunidad a quien parece haberte dejado solo.
Lo buscaste de todo tu corazón, pero parece que no tiene tiempo para vos, y no te gusta esperar.
Ahora esperas que Él te busque, sino...sino seguramente sigas tu camino y lo dejes atrás.
Mientras haya coherencia entre lo que pensas y lo que haces, no importa más.

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